Los que somos fans de ponernos propósitos empezamos el año con muchas ganas. Parece que somos capaces de todo.
Luego los días pasan, la cosa va perdiendo fuelle y la motivación va bajando.
El hecho de haberse puesto propósitos está muy bien, ¿pero qué hay de lo mantenerlos en el tiempo?
Analizando mi año anterior recordé que me puse con mis metas personales más bien tarde, tras unos meses. En parte por circunstancias de la vida que se abren paso a trompicones y sin permiso (inevitable), y otras por procrastinar y priorizar otras cosas que creía más urgentes y que no lo eran.
Estos son algunos tips que me han ayudado a mantener los propósitos durante más tiempo y otros que estoy empezando a aplicar para este año para empezar antes:
• Detrás de tus propósitos hay un motivo. Recuerda cuál es.
La youtuber Kelsey Rodríguez explica en un vídeo que ella ya no planea su año, si no que persigue una visión, un lugar al que quiere llegar. Algo que funciona como una brújula en tus decisiones.
Al final los propósitos vienen de querer llegar a un lugar diferente en el que estamos ahora. Pensar directamente qué lugar es ése puede dar un poco más de claridad en lo que queremos. Hay quienes recomiendan pensar a 5 años futuro. Y sí, da un poco de vértigo pensar en futuros lejanos, pero pensar más a largo plazo nos da un poco más de luz sobre donde nos gustaría poder llegar. Tener esa brújula personal.
• Mantén tus propósitos y visión en un lugar visible.
Con la inercia del día a día es normal que estas ideas se vayan diluyendo. Me compré una agenda que recomendaba escribir los 5 objetivos más importantes del año y leerlos cada mañana. Así conseguí no posponer algunas tareas que, de no tenerlas presentes cada día, las habría pospuesto hasta el infinito. Hay también quien recomienda colgar tus objetivos en algún lugar visible, como colgadas en la pared.
• Especifica más tus propósitos, hazlos “accionables”.
Un error normal que te hace abandonar objetivos es por estar escritos como conceptos muy abstractos. Parecen imposibles, te da la bajona y lo dejas de lado.
Una forma de facilitarnos la vida es especificar más estos objetivos y dividirlos en tareas más pequeñas. ¿Cómo convertir ideas generales en accionables? Tiene que ser un objetivo que puedas saber cuándo está cumplido y que tenga un plazo.
Un ejemplo: Si me pongo como objetivo “terminar mi portfolio editorial”, ¿cómo sabré que está terminado? Podría estar actualizando mi portfolio de forma indefinida, dibujando un proyecto tras otro, porque me conozco y siempre pensaré que nunca es suficiente. Una alternativa accionable sería: “terminar 3 proyectos nuevos de hasta 5 imágenes cada uno, y tenerlo para este trimestre empezando en febrero”. Sí, poner una fecha límite también es importante para no posponerlo de más. Lo que me lleva al siguiente punto:
• Usa las fechas límite a tu favor.
No tenerlas es la razón número 1 de procrastinar tareas por muy bien que te hayas planificado.
En el libro El año de 12 semanas (que está genial resumido en youtube por Luis Ramos) habla de ponerse objetivos más a corto plazo, de forma trimestral. Poner una fecha de inicio y de final no te permite escapar de comenzar ya, o por lo menos te da más motivos para ponerte a ello.
En este post también hablé un poquito sobre cómo me ayudó poner fechas límite en un proyecto personal.
• Simplifica y realiza tareas que te hagan llegar más lejos.
O lo que es lo mismo, prioriza mejor. Se trata de elegir las tareas que nos lleven siempre adelante en nuestros objetivos y que sean de más alto impacto.
En mi año hice algunas tareas que no me llevaron a ninguna parte, como algún lanzamiento fallido que ni estaba alineado con lo que me gustaba hacer, y terminó siendo una pérdida de tiempo y de energía. Esto me pasó con un segundo calendario que hice con ilustraciones de mi tarot, que ni con una promoción planeada conseguí encontrar apenas gente interesada. (Lo de los proyectos desastrosos da para otro tema)No es posible saber siempre cuál es el camino más directo o más correcto (no hay que olvidar que hay muchos caminos para llegar al mismo sitio), pero siempre podemos sentir una intuición sobre qué cosas pueden funcionar mejor que otras, o al menos cuáles nos darán una mayor satisfacción a largo plazo.
Por ejemplo, podría ponerme a hacer encargos sencillos con un precio barato, o podría elegir en su lugar hacerme una base de datos de agentes de ilustración para mandar mi mejor trabajo y conseguir encargos más jugosos. Algo de beneficio rápido pero pequeño versus algo de beneficio mucho más tardío pero mayor.
¿Qué tareas te acercarían más a tus objetivos?
• Planifica cada día antes de empezar.
Siempre con tus propósitos y visión como brújula. Elegir qué hacer en tu día, mínimo una tarea que te lleve hacia alguno de tus objetivos ya marcaría la diferencia. Como por ejemplo crear un hábito importante para ti.
En mi caso, trato de dibujar todos los días 2h mínimo en proyectos aprovechables para portfolio (algo que no hacía durante los años pasados y que me producía una desagradable sensación de estar perdiendo soltura y no avanzar en lo que quería)
Con planificar una cosa importante para hacer en tu día ya ganas mucho más que moviéndote por inercia de la vida.
• Haz un seguimiento de cómo vas y cambia lo que necesites.
Revisar nos permite pensar qué es lo que está fallando en nuestros intentos y qué hacer diferente para adaptarlo a nosotros. No a todo el mundo le funcionan las mismas cosas, y por eso todo esto va de prueba y error, de conocer cómo funcionamos mejor. Por ejemplo, a un amigo las fechas límite no le funcionaban, pero sí el saber que no tiene presión y tiene espacio para el disfrute. Lo supo solo después de prueba y error y de seguir intentándolo de otra manera.
Revisar quizá cada mes o incluso 3 ó 6 meses es algo que nos da claridad y herramientas para poder redirigirnos de nuevo y mejor hacia donde queríamos.
• Sé amable contigo si no llegas a todo.
Sentirse mal es otra de las razones por las que mucha gente abandona antes de empezar.
Al ver que no hemos podido cumplir con algo que queríamos hacer, la sensación que nos queda puede ser muy desagradable. Podemos llegar a pensar que no somos capaces ni suficientes (algo que me ha pasado muy fuerte durante diciembre por no lograr cumplir ciertas cosas y que ando intentando mejorar).
Quizá hay que recordarse que la cosa no va de fustigarnos y sentirnos aún peor por el camino. Si no de cumplir deseos y de alinearnos con lo que nos hace sentir mejor.
Ya, es más fácil decirlo que hacerlo. Pero aprender a ser paciente con nosotros y tratarnos bien es casi lo más importante de todo este proceso.
Después de toda esta parrafada van las actualizaciones de proyectos personales y cosas.
Actualizaciones y proyectos
Durante este último mes he estado entintando un cómic de 17 páginas sobre música, ansiedad y emociones reprimidas. Un proyecto para un concurso de manga sin diálogos, un reto muy chulo de hacer (aunque esto ha sido solo una excusa para dibujar guitarras eléctricas).
Como tenía una fecha límite (la fecha de entrega del concurso en cuestión) pues no tenía otra que ponerme manos a la obra. Me planifiqué el trabajo medio que tenía que sacar por día y me puse a pico y pala cada día como una hormiguita.
Y es que esto de hacer cómics es muy emocionante pero también un trabajazo bien largo.
Como la fase en la que me encuentro ahora se va pareciendo cada vez más al resultado final, estoy más emocionada de terminarlo. Añadir negros y tramas de manga es que mejora hasta al dibujo más cutre.
Hasta ahora hice menos páginas de lo que planeé, pero como me conozco y conté con una semana extra por si pasaban estas cosas, pues sigo bien de tiempo. (Pero también con cierta sensación de que no me puedo dormir en los laureles a estas alturas.)
Estos son algunos bocetos iniciales que hice para desarrollar los personajes. Era importante que todos tuvieran un aspecto diferente entre ellos y reconocible aún dibujados en pequeñito.
Mi ideal es crear hojas de personaje con su apariencia final y expresiones (algo que se me quedó de cuando trabajaba en animación). Pero me salté esta parte por ir un poco apretada de tiempo. En su lugar hice esta ilustración que me ha servido de referencia para que los personajes no se me fueran de estilo.

Ahora vamos con la viñeta de hoy:
Sobre cómo se siente cada vez que publico algún dibujo, cómic, un tweet tonto o esta newsletter.

Gracias por estar ahí y apoyar las movidas de esta ilustradora demasiado introvertida.
Por cierto, para cuando redacte la próxima newsletter el cómic ya estará terminado (espero). Así que estaría guay mostrar una comparativa de todas las fases creativas de una sola página desde el guión. ¿Qué os parece?
Te deseo un buen día y una mejor semana,
Miriam